Muchas personas buscan la iluminación como si fuera un estado al que llegar, un objetivo final que solo algunas personas privilegiadas alcanzan. Pero, ¿qué es realmente la iluminación? ¿Y cómo puedes experimentarla en tu vida?
En este artículo quiero compartir contigo mi visión, nacida tanto de la experiencia personal como de mi trabajo en Sintonización y Huella Vibratoria®. Para mí, la iluminación no es algo externo que debas conseguir, sino una vuelta a lo que ya eres: tu luz, tu plenitud y tu verdadera esencia.
La iluminación en el sentido espiritual
Cuando hablamos de iluminación espiritual solemos pensar en un estado elevado de conciencia, de algo «especial». Es ese momento en el que reconocemos quiénes somos de verdad y nos sentimos plenos/as, satisfechos/as y conectados/as.
Son momentos en los que entendemos la vida de otra manera: no nos arrastran tanto las emociones ni las circunstancias, y todo parece tener sentido. Cuando he visto a personas buscar ese estado, es porque creían que así estarán mejor consigo mismas, y es cierto que la experiencia es profundamente liberadora.
Sin embargo, también hay quien persigue la iluminación como una especie de estatus espiritual. Y lo que ocurre es que no se trata de llegar a ser algo que no somos, porque ya somos perfección espiritual. En esta vida humana, podemos haber olvidado nuestra divinidad y nuestro amor incondicional, y ese olvido es lo que nos hace sentirnos separados/as o incompletos/as. Sin embargo, nunca hemos dejado de ser Luz.
¿Tiene entonces sentido la iluminación? Realmente sí, porque de ese estado de «olvido», volvemos a experimentar quiénes somos. Reconocemos lo que ya somos. Y eso enriquece al universo entero en experiencia.
Y entonces… ¿cómo se consigue la iluminación? Primero, entendamos algunos fundamentos físicos, que harán más fácil comprender ese «cómo».
La iluminación como fenómeno físico
Aunque solemos relacionar la iluminación con lo espiritual y abstracto, también existe un aspecto físico muy real. Hoy sabemos que nuestro cuerpo emite luz.
Las células vivas emiten fotones, y esa radiación varía según nuestro estado de salud y equilibrio. Cuando hay enfermedad, bloqueos o desajustes, la emisión de luz disminuye. Cuando estamos más libres y en armonía, la luz aumenta.
De hecho, se han realizado experimentos donde, al medir la luz de una hoja cortada, todavía aparecía la imagen luminosa de la hoja entera. Esto nos muestra que la luz no depende solo de la materia física, sino también de un campo vibratorio más amplio.
Cada persona tiene su propia Huella Vibratoria®, una emisión única de luz, que forma parte de su identidad profunda.
Yo no veía del mundo esotérico o de la sanación. De la energía sí, como Ingeniera de Telecomunicación, de una forma más técnica. Es cierto que siempre me ha interesado la espiritualidad, pero una cosa es el interés y otra es poder ver la iluminación en directo.
A lo largo de estos años dedicándome a la sanación y la Sintonización, he tenido la oportunidad de experimentar y también de ser testigo de la iluminación de muchas personas. Una iluminación que he visto literalmente, y también en la transformación que se ha producido en quienes recibían las sesiones y asistían a los programas de formación.
La Sintonización facilita que se active esa estructura luminosa, aumentando la radiación de nuestras células. Y ese incremento no es solo simbólico: se ha medido y observado en contextos de sanación.
Qué ocurre cuando aumenta tu luz interior
Cuando sintonizas con tu propia vibración original, tu luz se expande. Ese cambio tiene varias consecuencias:
- A nivel físico: las células empiezan a armonizarse, los bloqueos se liberan y los procesos de sanación se aceleran.
- A nivel emocional y mental: disminuyen los pensamientos negativos, la ansiedad o la tristeza, porque la información que recibe tu cerebro cambia.
- A nivel espiritual: es más fácil escuchar la inspiración, sentir la conexión con el campo y comprender tu camino con claridad.
He acompañado a personas que, tras una Sintonización, me decían cosas como:
- “No me había dado cuenta, pero mi mente se ha parado, ya no tengo pensamientos negativos.”
- “No he notado nada distinto… pero ya no tengo ganas de suicidarme.”
- “Tenía una adicción, y después de las sesiones desapareció la necesidad.”
Estos cambios ocurren porque, literalmente, sus estructuras vibratorias se iluminan. Y al iluminarse, el cuerpo envía información diferente al cerebro, que traduce la experiencia de otro modo.
Y entender este principio es muy importante para saber también por qué se producen las transformaciones, más allá de la «magia» o lo esotérico.
Es un tema que tratamos y enseñamos de forma explícita en nuestros programas de formación: la comprensión de lo que está ocurriendo a nivel físico y energético y cómo se refleja en nuestra biología, nuestra mente, nuestras emociones y nuestro campo de vibración.
La iluminación como recuerdo de quién eres
Algo que me gusta compartir es que la iluminación no es tanto “llegar a ser alguien mejor” como recordar quién eres en realidad.
Nuestro cuerpo, como estructura energética y vibratoria, transmite información al cerebro. Pero cuando hemos vivido traumas, adaptaciones o momentos difíciles, esas estructuras se distorsionan. Entonces percibimos tristeza, ansiedad, depresión… que no son más que mensajes de desajuste.
Entonces, es momento del regreso a casa.
Me gusta compararlo con la parábola del hijo pródigo: siempre puedes volver a ti, siempre puedes recordar tu esencia. No importa las experiencias que hayas vivido, nunca pierdes tu luz. Solo se trata de encenderla de nuevo.
La Sintonización ayuda a armonizar esas estructuras, devolviendo la vibración original. Es como quitar un velo y dejar que tu luz brille otra vez.
Cómo puedes empezar a iluminarte
Y entonces volvemos a la gran pregunta: ¿qué puedes hacer tú para iluminarte?
La respuesta es más sencilla de lo que parece: enciende la luz que ya eres. Esa luz está en tu estructura vibratoria, lista y permanente para que la actives y la uses.
No necesitas compararte con nadie ni alcanzar un estatus espiritual. Solo necesitas recordar, reconectar y vivir en coherencia con tu propia Huella Vibratoria®. Herramientas como la Sintonización te ayudan en ese proceso, pero la decisión es tuya.
Cada paso que das hacia tu propia luz es ya iluminación. No es un destino final, sino un camino de reconocimiento.
Vuelve a encender la luz
La iluminación no es un privilegio de unas pocas personas, ni un ideal lejano. Es algo que ya está en ti. Tus células emiten luz, tu campo vibra con tu Huella Vibratoria®, y tu ser recuerda quién eres cada vez que eliges volver a experimentar Quien Eres.
La Sintonización y las prácticas de activación energética son un apoyo para armonizar tu cuerpo y tu vibración, pero lo más importante es que sepas que tu luz nunca se pierde.
Iluminarte es simplemente volver a encenderla y vivir desde ahí.
Transcripción
Hola, ¿cómo estás? Hoy vengo con una emisión relacionada con la iluminación. Vamos a ver un poquito más sobre esto de la iluminación en el sentido espiritual y en el sentido físico de la palabra. ¿Y qué puedes hacer si quieres iluminarte? ¿Si es que podemos hacer algo como eso de iluminarnos?
Desde el punto de vista espiritual, la iluminación se entiende como una elevación de la conciencia, como una elevación de la visión de quiénes somos, como el reconocimiento de quiénes somos. Es un estado elevado de nosotros mismos. Y claro, la cuestión es un estado elevado, ¿qué es exactamente eso? Pues en ese estado elevado somos más capaces de ver las cosas de otra manera, las entendemos de otra manera, no nos dejamos llevar tanto por los estados emocionales, por las circunstancias, y por eso muchas personas persiguen o buscan la iluminación. También son momentos en los que parece como que lo entendemos todo, que todo está claro, que sabemos lo que hacemos aquí, sabemos quiénes somos. Es decir, desde el punto de vista espiritual nos sentimos plenos y nos sentimos satisfechos, nos sentimos conectados, conectadas. Y bueno, pues por eso es por lo que de alguna manera se busca ese estado de la iluminación, porque se entiende que vamos a estar mejor con nosotros mismos, con nosotras mismas.
Y luego hay también quien lo busca, pues como para alcanzar una especie de estado más elevado, de estatus espiritual. Desde nuestro punto de vista, nosotros todos, todas, tú, ya somos la perfección espiritual, ya estamos elevados espiritualmente. En esta experiencia humana podemos tener un velo más grande o más pequeño, es decir, haber olvidado que somos esa divinidad, haber olvidado que somos ese amor incondicional, y a veces ni siquiera lo sentimos o ni siquiera reconocemos qué es el amor en sí, o nos hablan del amor y decimos: «Sí, sí, sé lo que es». Pero luego descubrimos que podemos experimentar más de ese amor, como le ha pasado a algunas personas con la Sintonización y con las activaciones de la Huella Vibratoria, que tenían una idea del amor, pero después de sintonizar han visto que podían tener una idea expandida de quiénes son y de ese amor y de esa plenitud.
Y es de lo que vamos a hablar aquí, de la Sintonización. Por un lado, desde el punto de vista espiritual y por otro lado, desde el punto de vista puramente físico y de la luz que se emite. Porque la iluminación, aparte de ser algo que se siente y que tú te encuentras en un estado diferente, también es un efecto físico.
Y hasta hace relativamente poco no sabíamos, desde el punto de vista de la física, de la ciencia, que la iluminación era algo físico y tangible. Solo las personas iluminadas o en cierto grado de visión, de conciencia, de entrenamiento, podían ver la luz de las otras personas, podían ver el estado de iluminación de las otras personas. Y ahora lo podemos ver incluso aunque personalmente no lo veamos con nuestros ojos, pero nuestros aparatos de medida han avanzado lo suficiente como para poder medir los niveles de luz que emitimos desde nuestras células.
Y todos los seres vivos emiten luz, todo el universo emite luz, y especialmente los seres vivos y también obviamente los seres humanos. Nuestras células emiten luz y cuando tenemos las células enfermas o cuando hay algo que está descolocado, bloqueado, se ve menos luz emitiéndose, y cuando estamos más libres, cuando estamos más sanos, más sanas, la emisión de luz aumenta. Y de hecho, por ejemplo, se han hecho experimentos en los que se ha usado una hojita de un árbol y se ha cortado, y resulta que cuando han medido la luz, la luz de la hoja seguía siendo la de la hoja completa, no la de la hoja cortada. Así que hay un cierto nivel de luz que sigue emitiéndose en nuestro cuerpo, que forma parte de esa Huella Vibratoria de la que hablamos y con la que trabajamos dentro de la Aldea de Luz. Y esa emisión está ahí permanentemente, esa emisión de luz.
Y cuando sintonizamos, cuando entramos en ese estado de armonía con el resto del universo, cuando activamos también nuestras estructuras de luz, la luz de nuestras células aumenta. Hay varias actividades dentro del mundo espiritual que nos ayudan a activar, que nos ayudan a sintonizar, que nos ayudan a elevar esos niveles de emisión de luz.
La más directa que yo conozco es, como digo, la Sintonización, lo que denominamos como tal Sintonización y todo lo que tiene que ver con alinearte con tu Huella Vibratoria. Es decir, cuando estás actuando según tu Huella Vibratoria, tus niveles de emisión de luz son mayores. Tu energía, tu vibración es más directamente la luz que tú emites originalmente y tus células literalmente se encienden, empiezan a emitir más de esa luz. Y como digo, se pueden medir específicamente en la sanación, específicamente en la Sintonización. Con el campo ya se ha medido esa emisión de luz.
Entonces, lo que ocurre es justamente eso, que aumentamos la emisión de luz y eso ayuda a que las células se empiecen a sanar, ayuda a que las estructuras bloqueadas se empiecen a iluminar y empiecen a soltarse. Ayuda a que se empiece a armonizar las sendas dentro de las estructuras energéticas y vibratorias. Por eso hay personas que entran en un estado a lo mejor de angustia, de ansiedad, de depresión, y en muchas de las experiencias notan como si algo se hubiera transformado, porque literalmente su estructura física se ha iluminado.
Y en muchos de esos casos lo que sentimos o lo que percibimos o lo que vivimos como depresión, angustia, ansiedad, son mensajes de nuestro cuerpo y de esas estructuras energéticas y vibratorias que están siendo recibidas por nuestro cerebro. Y entonces esa es la experiencia que tenemos. El cerebro es un codificador-decodificador, las dos cosas, y lo que hace es recibir la información, decodificarla, y de manera que nosotros, que cada persona la entienda a su forma.
Antes se pensaba que el cerebro almacenaba la información, ahora ya sabemos que la información no está en el cerebro, la información está en el campo y lo que hace el cerebro es decodificarla. Entonces, puede recibir información del campo o puede recibir información de la estructura energética y vibratoria que es nuestro cuerpo, porque al fin y al cabo nuestro cuerpo es una estructura energética vibratoria que si la dejamos fluir y si simplemente somos quienes somos, la estructura vibratoria responde a nuestra Huella Vibratoria.
Pero si transformamos eso, si nos auto-obligamos a ser de otra manera por motivos de adaptación que son válidos en su momento, pero que al fin y al cabo están cambiando algo de nuestra Huella Vibratoria, entonces esa estructura vibratoria que está mandando información a nuestro cerebro es diferente de la de la Huella Vibratoria original. Y esos mensajes que han sido de adaptación en un momento determinado o incluso de una situación difícil o de un trauma. Puede haber muchos motivos por los cuales tenemos esas estructuras energéticas y vibratorias en el cuerpo. Al fin y al cabo, nuestro cuerpo es esas estructuras energéticas y es lo que proporciona información a nuestro cerebro, que la decodifica y nosotros lo experimentamos y lo vivimos como estados de angustia, estados de ansiedad, estados de estrés, depresión, la tristeza, todas las emociones del cuerpo; también la alegría, también la felicidad en el estado emocional, no en el estado general, sino en el emocional. Todo eso proviene de la experiencia vibratoria que estamos teniendo en este momento.
Así que cuando sintonizamos y esas estructuras vibratorias empiezan a armonizarse, empiezan a liberarse, también lo vemos como un cambio dentro de nuestro estado psicológico, mental, emocional. De hecho, bueno, pues a veces no nos damos cuenta de lo que se ha transformado. En algunas ocasiones dentro de los programas de formación, por ejemplo, simplemente estamos haciendo la Sintonización, parece que estamos ahí tranquilamente disfrutando de la energía de la vibración, y entonces empiezo a contar este tipo de cosas y empiezo a hablar de los… pues a lo mejor los pensamientos negativos. Y en varias ocasiones algunas personas me han comentado: «Es verdad, no me había dado cuenta, pero mi mente se ha parado», o «no me había dado cuenta, pero los pensamientos negativos que tenía ya no los tengo». Y «pensaba que las cosas eran así, que siempre el pensamiento era de esa forma y me acabo de dar cuenta de que no es así, de que no estoy teniendo pensamientos negativos». O algunas personas, ya en casos extremos, que a lo mejor me decían: «Ah, bueno, pues sí, he hecho las sesiones, vale, bien.»
«No he notado nada distinto y no… bueno, pero ahora ya no tengo ganas o ya no tengo ganas de suicidarme, o ya no tengo ganas de… pues sí, tenía una adicción y no, ya no siento la necesidad de tener esa adicción. El tema de las adicciones es algo que también suelo comentar porque me ha ocurrido en varias ocasiones que después algunas personas venían y me decían que esto que tenían, cosa que no me habían comentado antes de las sesiones, que habían tenido adicciones y que después de las sesiones ya no las tenían.
Y esto tiene que ver con la iluminación, tiene que ver con la reestructuración de la vibración y de la energía dentro del cuerpo. Con que nuestras células se iluminan, vivimos más nuestra luz, vivimos más esa presencia. No sé si estamos iluminados o iluminadas en el sentido de ser como las personas más iluminadas del planeta. Puede que sí, puede que no. Eso cada uno, cada una tiene su experiencia. Y a lo mejor ni siquiera lo necesitamos para lo que estamos viviendo, que es volver a reconocernos a nosotros mismos y a nosotras mismas.
Esta Sintonización nos ayuda a iluminarnos de la manera que es más bonita y más amable y más adecuada y más tranquila y con la que más podemos disfrutar. Así que físicamente la Sintonización ilumina nuestras células, las activaciones iluminan nuestro cuerpo, nos iluminan, y eso interiormente se traduce en que nuestro cerebro percibe estructuras más armonizadas y además con eso nos es más fácil escuchar la información del campo, no solo tener todo el rato los mensajes de nuestro cuerpo, sino que empezamos a tener esa inspiración más a flor de piel, empezamos a escuchar esos mensajes de alta vibración y empezamos a poder ver nuestro camino de una manera diferente.
Esa es la iluminación, esa es nuestra experiencia con la iluminación. ¿Cómo puedes iluminarte? Pues enciende tu luz, la luz que ya eres, la luz que ya tienes, enciéndela en tu estructura vibratoria actual. No importa de dónde vengas, no importa las experiencias que hayas tenido.
Esto es, como ya he comentado en otras ocasiones, la parábola del hijo pródigo: que siempre estás a tiempo de dar ese paso, de volver y de darte cuenta de que simplemente había sido una experiencia de que no recordabas quién eras, y ahora puedes iluminar y puedes acordarte de quién eres. De hecho, estás en el momento de acordarte de quién eres. De ahí este mensaje que no sé por qué, así de repente, esta es una de las canalizaciones espontáneas, así que para ti, estás en ese camino, todo está bien, no hay reproches, es una cuestión simplemente de que no te acordabas de quién eras y ahora sí, y eres una persona distinta, no eres ni siquiera la misma persona que eras antes.
Así que ahora eres quien eres verdaderamente tú y puedes iluminarte mostrando tu luz, y tienes ayuda y apoyo en este tipo de herramientas, en este tipo de experiencias que tienen que ver con el campo, con la Sintonización, con la elevación de tu vibración. Hazlo a tu modo, hazlo como te sientas mejor con ello. Es tu decisión y es tu opción. Y sobre todo que sepas que está ahí, que lo tienes y que está aquí para apoyarte.
Gracias por estar aquí. Muchos besitos. Nos vemos en el próximo.
Preguntas frecuentes sobre la Iluminación Espiritual
La iluminación espiritual es un estado de conciencia en el que recuerdas quién eres realmente y sientes una conexión profunda con tu propia esencia. No se trata de alcanzar algo externo, sino de encender la luz que ya está en ti y reconocer tu plenitud interior. Y eso te trae también la sensación de conexión con Todo.
Los síntomas pueden variar según cada persona, pero algunos de los más comunes son:
– Una sensación de paz interior, incluso en medio de dificultades.
– Menos pensamientos negativos o la mente más calmada.
– Sentirse más conectado/a con uno/a mismo/a y con los/as demás.
– Mayor claridad para comprender el propósito personal.
– Cambios en el cuerpo: más energía, sensación de ligereza o vitalidad.
En ocasiones también aparecen etapas de liberación emocional: tristeza, ansiedad o recuerdos pasados que surgen para ser soltados. Estos procesos forman parte de la armonización de la vibración.
Es ambas cosas. Además de la experiencia interior, la iluminación tiene un reflejo físico: nuestras células emiten más luz cuando estamos en equilibrio y sanación. Esta emisión se puede medir y está relacionada con la Huella Vibratoria® de cada persona.
Puedes darte cuenta porque tu experiencia cambia. Quizá descubras que los pensamientos negativos disminuyen, que de repente ya no sientes necesidad de ciertas adicciones, o que tu mente está más tranquilo/a sin esfuerzo. También puedes notar que tus emociones se estabilizan y que tienes más inspiración o intuición clara sobre tu camino.
El primer paso es recordar que ya tienes luz. No se trata de alcanzar un estatus espiritual, sino de reconectar con tu vibración original. Prácticas como la Sintonización ayudan a activar esa luz y a armonizar tus estructuras energéticas, pero también puedes comenzar con algo sencillo: escucharte, vivir en coherencia contigo misma y permitir que tu energía fluya sin forzar.
No. La iluminación no borra las experiencias humanas ni elimina los retos de la vida. Lo que cambia es la forma en la que los vives: con más claridad, aceptación y conexión contigo misma. Sigues siendo humana, pero reconoces tu luz y la de todo lo que te rodea. y eso, de por sí, transforma la realidad.
No, porque tu luz siempre está en ti. Lo que puede ocurrir es que la olvides, que la tapes con velos de experiencias, traumas o adaptaciones. Pero siempre puedes volver a encenderla y recordarla, como en la parábola del hijo pródigo: nunca has dejado de ser quien eres.
